En lo que el Centro de Derechos Constitucionales ha calificado de “un ataque flagrante tanto a la libertad académica como a la defensa de los derechos palestinos”, la veterana profesora de derecho Katherine Franke ha sido expulsada de su puesto en la Universidad de Columbia. Básicamente, coaccionaron a la profesora Franke a aceptar un “acuerdo” para dejar su puesto de profesora. Como dijo en una declaración del 9 de enero : “Si bien la universidad puede llamar a este cambio en mi estatus ‘jubilación’, debería entenderse más exactamente como una terminación disfrazada en términos más aceptables”.

Katherine Franke es una consumada académica en derecho y estudios de género. Ha impartido clases en la Universidad de Columbia durante 25 años. Formó parte del comité ejecutivo del Centro de Estudios Palestinos de la misma universidad. Ha defendido con valentía a los estudiantes que protestan contra el genocidio en Gaza, por lo que ha sido objeto de ataques e investigaciones por parte de los fascistas en el Congreso y de la administración “liberal” servil de la Universidad de Columbia... y ha sido objeto de campañas de odio y amenazas por parte de algunos profesores y estudiantes proisraelíes y de golpeadores sionistas.

En su declaración del 9 de enero relató que colegas de la facultad de derecho la han seguido desde el metro y le han gritado acusaciones falsas; habían hecho que estudiantes se inscribieran en sus clases con el propósito específico de crear situaciones que puedan provocar discusiones que graban en línea y luego utilizan para presentar denuncias en su contra; y ella ha recibido amenazas de muerte y violación. Más recientemente, la universidad llevó a cabo una investigación con la conclusión injustificada de que los comentarios públicos que hizo Franke violaron la política de no discriminación de la universidad.

Respecto al “acuerdo” con Columbia, la profesora Franke declaró que “la administración de la Universidad de Columbia ha creado un ambiente tan tóxico y hostil para el debate legítimo en torno a la guerra en Israel y Palestina que ya no puedo enseñar ni realizar investigaciones”.

El acoso y persecución de Katherine Franke forman parte de una represión más amplia contra estudiantes y profesores que alzan la voz y protestan contra el genocidio estadounidense-israelí en Gaza. Esta represión se lleva a cabo bajo el pretexto de que el antisionismo es lo mismo que el antisemitismo, una mentira que equipara la oposición política a un Estado basado en la supremacía judía con el odio al pueblo judío como pueblo. Y todo esto forma parte de medidas más amplias para establecer nuevas reglas draconianas y amenazas disciplinarias en los campus para sofocar el disentimiento, el pensamiento crítico y la protesta significativa; para imponer un control del pensamiento al estilo nazi sobre lo que se puede enseñar y quién puede enseñarlo; y para aislar a las universidades del resto de la sociedad.

Como ha enfatizado Bob Avakian, “El fascismo de Trump y MAGA tiene por objeto llevar todo eso a un nivel más abierta y agresivamente monstruoso” (del mensaje mediático @BobAvakian REVOLUCIÓN #110, “Trump y Netanyahu — desquiciados nazis en una misión de destrucción”). Y como se señala en el análisis de revcom.us sobre esta última ola de represión: “YA es hora de que todos se salgan de los márgenes y se resistan, antes de que los fascistas puedan acabar por completo con la oposición al genocidio de Israel y, con ello, convertir los campus en zonas muertas políticas, morales e intelectuales”.