El miércoles 15 de enero, el presidente “Genocida Joe” Biden anunció que Israel y Hamás habían llegado a un acuerdo sobre un “cese el fuego y un acuerdo sobre rehenes”. El cese el fuego comenzó como estaba programado el domingo 19 de enero, tras un retraso de varias horas.

Se trata de un acuerdo complejo, en tres etapas. No se ha llegado a un acuerdo completo sobre todos los pasos y existen profundas divisiones en torno al acuerdo en Israel y posiblemente entre Estados Unidos e Israel.

A continuación se presentan algunos de los aspectos básicos que se han comunicado hasta el momento, aunque algunas partes de los acuerdos pueden ser secretas. En cualquier caso, no hay garantías de que esto se desarrolle como promete o planea la administración Biden.

Etapa uno

El cese el fuego comienza con Israel y Hamás, la organización fundamentalista islámica que gobierna formalmente a Gaza, deteniendo todo conflicto militar. Durante los 42 días de la primera fase, Hamás liberará a 33 de los rehenes que tenía retenidos, mientras que Israel liberará a unos 1.000 prisioneros palestinos que tiene bajo custodia.

La ayuda humanitaria, que Israel ha reducido a un goteo genocida, se entregaría a Gaza a gran escala, con unos 600 camiones de ayuda llegando por día. “Los palestinos también pueden regresar a sus barrios en todas las áreas de Gaza”, afirmó Biden en su conferencia de prensa sobre el acuerdo. Las fuerzas israelíes comenzarían a retirarse de las áreas densamente pobladas de Gaza, y los palestinos enfermos y heridos supuestamente podrían cruzar a Egipto para recibir tratamiento.

Se informa que, a partir del domingo por la tarde, 19 de enero, varias de estas disposiciones están entrando en vigor: Hamás ha liberado a varios israelíes detenidos, las fuerzas israelíes han comenzado a retirarse de algunas zonas pobladas de Gaza, ha entrado en Gaza cierta ayuda humanitaria y los palestinos han comenzado a regresar a sus hogares, incluso en el norte de Gaza.

Etapas dos y tres: quedan grandes contradicciones sin resolver

Se supone que las negociaciones finales sobre la segunda fase del acuerdo comenzarán después de que el cese el fuego haya estado en vigor durante unas dos semanas. Los objetivos declarados de la segunda fase incluyen la liberación de todos los rehenes israelíes restantes retenidos por Hamás, la retirada completa de las fuerzas israelíes de Gaza, un fin permanente de los combates y la reapertura del cruce de Rafah entre Egipto y Gaza. “Déjenme decirlo nuevamente”, declaró Biden, “un fin permanente de la guerra”¹. La tercera y última fase incluiría la devolución de los restos de todos los demás rehenes israelíes y la reconstrucción de Gaza.

Ninguno de estos temas ha sido negociado o acordado en su totalidad. El acuerdo podría fracasar después de la primera etapa, pero también es posible que se lleve a cabo (quizás debido a la presión de Estados Unidos basada en sus propias necesidades estratégicas).

Una pregunta evidente es la siguiente: ¿quién estará realmente a cargo de la seguridad en Gaza? Han resurgido combatientes de Hamás, uniformados, en un aparente esfuerzo por demostrar que siguen en pie y están reafirmando su presencia y control. Sin embargo, el primer ministro israelí Netanyahu (alias Netan-Nazi) ha insistido constantemente en que hay que “destruir” a Hamás. El nuevo asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, declaró recientemente que “Hamás nunca gobernará a Gaza”, y Biden habló de un futuro sin Hamás cuando anunció el acuerdo.

El acuerdo prevé un eventual “cese permanente de las operaciones militares y las hostilidades”. Sin embargo, la noche antes de que el acuerdo entrara en vigor, Netanyahu enfatizó que el cese el fuego era temporal y que Israel tenía derecho a regresar a la guerra si “las negociaciones de la segunda etapa resultan ineficaces”, amenazando con hacerlo de “nuevas formas y con gran poder”. También dijo que Trump y Waltz respaldarían a Israel si optara por reanudar la guerra.

Aquí están en juego una serie de contradicciones complicadas y explosivas, dentro del propio Israel, para los Estados Unidos en la región y para los demás actores involucrados².

Esto pone de relieve la necesidad de permanecer vigilantes y resistir cualquier renovación del genocidio israelí apoyado por Estados Unidos en Palestina o cualquier otro ataque contra el pueblo palestino o los pueblos de Oriente Medio y el mundo.

¡Biden bendice a quienes facilitan el genocidio como “pacificadores”!

El anuncio de Biden se produjo después de 467 días de genocidio israelí implacable contra el pueblo de Gaza, con el constante respaldo y ayuda de Estados Unidos. Sin embargo, cuando anunció el acuerdo de cese el fuego, se aclamó a sí mismo y a su equipo como “pacificadores”. “Bienaventurados los pacificadores”, dijo Biden, citando la Biblia. Culpó a Hamás de “iniciar la guerra” y bloquear los esfuerzos previos para obtener un cese el fuego.

Biden declaró que este cese el fuego fue posible debido a “la presión que Israel ejerció sobre Hamás, respaldado por Estados Unidos” y al hecho de que “el líder de Hamás de larga data, Sinwar, fue asesinado”. ¡¡¿¡¿“Presión”?!?!! Más bien terror genocida, masacrando literalmente a decenas de miles y asesinando al menos a 14.500 niños, imponiendo el hambre y dejando sin hogar a más de un millón, todo financiado y apoyado políticamente por Estados Unidos.

Pero eso no fue todo. Biden también atribuyó el mérito a la destrucción por parte de Israel de las “defensas aéreas de Irán”, a las acciones de la coalición organizada por Estados Unidos “para hacer frente a los ataques de los hutíes, incluidos sus ataques con misiles en Israel” y al hecho de que Hezbolá, un importante partidario de Hamás, quedó “significativamente debilitado en el campo de batalla y su liderazgo fue destruido”, todo ello como condiciones que hicieron posible el acuerdo de cese el fuego. Irán, los hutíes en Yemen y Hezbolá en el Líbano son todas fuerzas fundamentalistas islámicas reaccionarias, pero Biden está defendiendo y elogiando abiertamente las campañas criminales de Israel de masacres en masa —que incluyen ataques contra civiles, asesinatos de líderes extranjeros y destrucción generalizada— como acciones en favor de “la paz”³.

Estas mentiras ponen la realidad patas arriba.

El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un brutal ataque contra Israel, que incluyó la muerte de unas 1.200 personas, muchas de ellas civiles, y la toma de unas 250 personas como rehenes. Estos ataques contra civiles reflejaron la naturaleza reaccionaria y fundamentalista islámica de Hamás, que ha contado con el apoyo de la República Islámica de Irán.

Entonces Israel aprovechó este ataque para lanzar un genocidio total contra el pueblo palestino de Gaza, con el objetivo de hacer que Gaza sea inhabitable y destruir a los palestinos como pueblo.

Lo que siguió no fue, en esencia, una “guerra” entre dos ejércitos, sino una matanza israelí desenfrenada y sin control. El resultado: Israel ha matado al menos a 46.788 palestinos en Gaza en los últimos 15 meses, y la cifra real puede superar 120.000. Unos 110.000 palestinos han resultado heridos. Gaza ha quedado prácticamente en ruinas; sus escuelas, viviendas, hospitales, granjas, fábricas, panaderías e incluso cementerios han sido bombardeados o arrasados con buldóceres repetidamente.

La oleada de asesinatos israelíes continuó hasta el último momento posible antes de que entrara en vigor el cese el fuego. En los días transcurridos entre el anuncio del cese el fuego y su entrada en vigor, Israel mató al menos a 123 personas. Veintiséis murieron en las tres horas que transcurrieron entre las 8.30 horas, cuando que se había programado que entrara en vigor el cese el fuego, y las 11.30 horas, cuando de hecho comenzó.

En el trascurso de los últimos 15 meses Estados Unidos ha vetado cinco veces resoluciones de las Naciones Unidas que instan a Israel a detener su ofensiva en Gaza, e Israel ha saboteado repetidamente esfuerzos anteriores de cese el fuego, incluso asesinando al principal negociador de Hamás mientras visitaba Irán. (Según se informa, Hamás firmó una versión del acuerdo de cese el fuego a principios de julio). Y Estados Unidos ha suministrado a Israel 17.900 millones de dólares en bombas, armas y otra ayuda militar, lo que ha permitido que continara el genocidio.

Al lanzar y llevar a cabo este asesinato en masa y destrucción, Israel actuó en su calidad de puesto avanzado del imperialismo estadounidense en Oriente Medio. Y Estados Unidos apoyó totalmente a Israel, tanto demócratas como republicanos, incluido Trump, independientemente de cualesquiera diferencias tácticas que tuvieran con Israel en un momento dado.

Además: el ataque de Israel contra Gaza ha sido una continuación y una escalada de 76 años de atrocidades , limpieza étnica y apartheid contra el pueblo palestino. Para captar una idea de esto — y por qué Estados Unidos y otros imperialistas han apoyado esto desde antes de que se “fundara” Israel, lea aquí, aquí y aquí.

El pueblo palestino necesita desesperadamente el fin de los crímenes bárbaros de Israel

Incluso si se aplicaran todas las disposiciones de este acuerdo de cese el fuego, Israel ha provocado tanta muerte y devastación en Gaza que las disposiciones de ayuda que forman parte del acuerdo tal vez ni siquiera satisfagan las necesidades básicas de la población. Los habitantes de Gaza que se han visto obligados a abandonar sus hogares por los bombardeos y ataques israelíes pueden volver a sus hogares, pero casi todas las casas de Gaza han sido dañadas o destruidas por Israel. Además, por el momento no está claro el estado del Corredor Netzarim, una zona de concentración militarizada de seis kilómetros de ancho que Israel ha construido y que recorre toda la Franja de Gaza y que ha impedido a los palestinos regresar al norte de Gaza. Los camiones de ayuda pueden cruzar a Gaza, pero 600 al día no son suficientes para satisfacer las necesidades esenciales de la población de Gaza, e Israel ha paralizado las redes de ayuda en Gaza, lo que dificulta mucho la distribución.

El coordinador principal de asuntos humanitarios y de reconstrucción de las Naciones Unidas para Gaza describió lo terrible que es la situación:

Hoy en día, uno se sorprende al ver a niños con zapatos en Gaza. No hay ropa de invierno ni refugio. Es un lugar destartalado, en el mejor de los casos. Los adultos viven con una comida al día como máximo, y la mayoría de las veces no es una comida caliente. Las madres toman la comida de su propia boca, literalmente, para dársela a sus hijos. Los niños pasan sus días hurgando en la basura, buscando cualquier cosa que pueda ser comercializable.

Así que sí, el pueblo palestino necesita desesperadamente un respiro del genocidio depravado de Israel en Gaza, respaldado por Estados Unidos. Y nosotros en Estados Unidos tenemos el deber de levantarnos en lucha si el régimen fascista de Trump y MAGA repite la horrible medida de Biden de facilitar el genocidio israelí, ¡o hace cosas aún peores!

Pero aún más desesperadamente, el pueblo palestino en su conjunto, incluidos aquellos confinados en Gaza, necesitan la destrucción del régimen de apartheid absolutamente ilegítimo de Israel.

Las personas de Estados Unidos, que ha permitido todo este horroroso sufrimiento y muerte en Gaza y en todo el mundo, deben enfrentarse plenamente a la naturaleza criminalmente genocida del apoyo “bipartidista” de Estados Unidos a Israel desde su fundación, hace más de 75 años. Y deben reconocer la verdadera raíz de todas estas atrocidades ilegítimas en la naturaleza fundamental del sistema que gobierna Estados Unidos: el capitalismo-imperialismo.