Junio, 2025
Mientras todos los ojos estaban puestos en la guerra, el aparato represivo del régimen rápidamente comenzó a consolidar su poder mediante la ingeniería de un estado policial a gran escala. La agresión militar de Estados Unidos e Israel contra Irán ha creado un ambiente para que la República Islámica de Irán lleve la atmósfera de represión a un nuevo nivel sofocante mediante medidas de seguridad integrales y está tratando de sofocar cualquier voz de protesta en su infancia. Este estado de guerra no es una respuesta defensiva, sino una estrategia activa del régimen que no tiene legitimidad, a fin de sobrevivir en medio de la crisis controlando una sociedad e intentando impedir el resurgimiento de las protestas.
Es en este contexto, pocas horas después de que se anunciara el cese al fuego [el 24 de junio], hubo noticias de un aumento exponencial de personas detenidas. Según un informe de prensa, más de cien personas fueron arrestadas en un solo día en la [provincia] de Kermanshah. Se registraron vehículos con el pretexto de “encontrar drones y equipos de espionaje” a fin de intimidar y hacer arrestos masivos. El número de arrestos desde el inicio de la guerra ha ascendido a más de 1.000, y las ejecuciones continúan sin cesar incluso en medio de la guerra. Solo en los primeros 11 días de la guerra, tres personas fueron ejecutadas acusadas de espiar para Israel. El portavoz del poder judicial, Asghar Jahangiri, hizo una declaración contundente durante las oraciones del viernes en Teherán el 20 de junio: “¡Nuestro pueblo exige castigo para los perturbadores!” Se trata de una luz verde para que se lleven a cabo ejecuciones más generalizadas. También dijo en una entrevista televisada el martes 24 de junio que en una reunión con el jefe del Poder Judicial se había decidido tomar las “disposiciones necesarias” para establecer ramas especiales en las fiscalías y tribunales de todo el país para que estos tribunales puedan presentar casos legales contra infiltrados “enemigos”. El jefe del Poder Judicial, Mohseni Ejei, subrayó que los casos se manejarán “rápida y decisivamente” y tendrán en cuenta las “condiciones de tiempos de guerra”. Poco después, el miércoles 25 de junio, tres kolbars [cargadores transfronterizos] fueron ejecutados en [la ciudad de] Urmia acusados de espionaje.
El portavoz del Poder Judicial anunció que se había presentado al Parlamento un proyecto de ley que modificaría la ley sobre “espionaje” para ampliar el alcance de la ley y abarcar cualquier movimiento. Posteriormente, el 2 de julio, la agencia de noticias Tasnim [afiliada al régimen de la RII] escribió: “La Asamblea Consultiva Islámica aprobó un plan de dos pasos para aumentar el castigo de los espías y colaboradores” con el régimen sionista y los estados hostiles, con el fin de “llenar el vacío legal existente”. Esta es una nueva herramienta para tratar a todos los manifestantes, desde la gente común hasta los periodistas y fotógrafos, etc., como “espías”.
Estas leyes son un medio para legalizar el asesinato de opositores políticos y sociales. En tales circunstancias, incluso una publicación de protesta en el ciberespacio puede convertirse en un pretexto para la eliminación física de individuos. La censura draconiana, la interrupción constante de internet, y el bloqueo de los flujos de noticias y comunicaciones también son parte de este proyecto que cortará las conexiones entre los manifestantes, aislará a las personas y romperá los lazos en la lucha.
Es fácil ver que este régimen, por miedo al estallido social, está en el proceso de eliminar sistemáticamente a sus opositores. La RII ha intensificado su ataque contra el pueblo en nombre de la eliminación de los “infiltrados”, a pesar de que, durante décadas, los espías israelíes han estado espiando los centros de mando de la RII, y agentes del Mossad [la policía secreta israelí] han penetrado en los órganos más sensibles del aparato militar y de seguridad del régimen.
La represión no es solo en las calles. Los allanamientos a las casas de las familias de los asesinados en el levantamiento de 2022 [Mujer, Vida, Libertad], las advertencias a los periodistas para que no publiquen noticias reales, la eliminación de informes son todos indicios de un gobierno que sabe que colapsará si no miente. Los periodistas progresistas dicen hoy que, desde la perspectiva de la RII, el peligro que plantean los informes basados en los hechos no es menor que el peligro de las bombas.
Estas acciones dejan claro que la RII está construyendo un estado policial en tiempos de guerra.
Este patrón no es inédito para la RII. El punto álgido de los crímenes de la RII se produjo durante la década de 1980, que coincidió con la guerra contra Irak, cuando se ejecutó a miles de activistas políticos y presos de conciencia. Cualquier voz disidente era silenciada con la amenaza de ser estigmatizada por haber “conspirado con el enemigo” durante la guerra. Hoy en día, se repite el mismo escenario con un vocabulario actualizado (“infiltrado”, “espía”). La represión no es solo una reacción a una amenaza externa, sino también el mecanismo de supervivencia inherente al sistema. A lo largo de su existencia, su principal arma ha sido su disposición de suprimir y fabricar mentiras. Si su represión se responde solo con el silencio, la máquina de represión puede escalar hasta el genocidio.
Pero en la cara de este monstruo opresor, crece un fenómeno vivificante — la solidaridad popular espontánea de un pueblo que se cobija unos a otros, proporcione medicamentos y tratamientos, apoye a los pisoteados, forme equipos de diferentes edades para dar ayuda a las personas, etc. No se trata solo de acciones humanitarias. Estas son las piedras angulares de nuevas e inspiradoras relaciones para la sociedad del futuro. Esta solidaridad espontánea puede llegar a ser más amplia y organizada y alcanzar niveles más altos, tanto en términos de conciencia política como confrontar el aparato represivo del régimen. Por lo tanto, organizar a diferentes segmentos de la población y vincular sus luchas dispersas se ha vuelto más importante hoy más que nunca y tiene el potencial de cambiar seriamente el equilibrio de poder a favor del pueblo y proporcionar bases sólidas para futuras batallas contra el régimen de la RII o cualquier régimen similar.
En esta coyuntura, los activistas políticos y sociales, especialmente los estudiantes, tienen una responsabilidad histórica — la tarea de organizar a las fuerzas dispersas del pueblo, transformar la empatía en una red, y transformar el miedo en valor colectivo. Pueden ser el eslabón intermediario entre los estratos dispersos: los vínculos entre los estudiantes y trabajadores, entre las mujeres y los activistas de los medios de comunicación, entre las familias de los presos y las masas de personas en su conjunto; pueden formar células para proteger la vida de los presos, para neutralizar la máquina de intimidación, y crear conciencia sobre todos los aspectos de la criminalidad de la RII y la opresión imperialista, y la perspectiva de un futuro sin ellos.
Rescatistas revisan los escombros de un sector dañado del penal Evin de Irán el 24 de junio de 2025, el día después del ataque aéreo israelí. Foto: AP/Mostafa Roudaki
Una de las tareas urgentes de hoy es luchar y organizarse por la liberación inmediata de los presos, especialmente los presos políticos. El ataque a la prisión de Evin por parte del gobierno fascista israelí el 23 de junio de 20251, no fue solo un ataque extranjero. Fue una llamada de atención para la vida de los presos políticos y un factor de intensificación de la represión por parte de la RII. El régimen había sido advertido muchas veces antes de que no convirtiera a los prisioneros en rehenes de guerra y que los liberara de inmediato. Sin embargo, la RII hizo caso omiso de estas advertencias y mantuvo a los prisioneros en el corazón de zonas sensibles, mientras que Israel, con pleno conocimiento, bombardeó la prisión de Evin. Todavía se desconoce el número exacto de personas muertas en este ataque2.
Al destrozar la prisión de Evin, Israel hizo lo que la RII había estado planeando durante años: evacuar Evin y dispersar a los prisioneros. Este acto muestra que no hay ninguna diferencia sustancial entre estos dos regímenes fascistas. Después de este ataque y del aplastamiento de Evin, el ministro de Relaciones Exteriores israelí tuiteó descaradamente: “¡Viva la libertad!” Esto también demostró que la “libertad” de Israel no es diferente a la “libertad” de la RII.
La respuesta de la RII a este ataque fue trasladar a los hombres encarcelados en el pabellón 4 de la prisión del Gran Teherán y a las prisioneras a la prisión de Qarchak. Se ha informado de que la prisión de Evin ha sido evacuada. Estos traslados no son solo una reubicación — son un intento deliberado de romper la solidaridad dentro de la cárcel contra la RII, para dispersar a las familias, e incluso podría allanar el camino para la represión secreta o la eliminación física de algunos prisioneros. En respuesta, las familias de los presos se han manifestado valientemente frente a la prisión de Evin. A esta chispa de solidaridad hay que responder con un levantamiento nacional del pueblo. Los presos políticos son los hijos del pueblo, y su liberación es el deber de todos nosotros. La consigna “Los presos políticos deben ser liberados” debería resonar en las calles, universidades, vecindarios y frente a las cárceles. Ahora, rescatar a los presos políticos no es solo una responsabilidad liberadora, sino que también puede asestar un golpe mortal a la columna vertebral de la represión de la RII. Si el pueblo da un paso al frente, estos días podrían convertirse en un punto de viraje en la construcción de la solidaridad revolucionaria para el derrocamiento de la RII.