Hay un millón de formas en las que la pesadilla de los incendios los que actualmente están cercando a Los Ángeles clama por un cambio de sistema; sobre todo, la necesidad urgente de que la humanidad barra con el sistema que está impulsando el cambio climático, mediante su insaciable e imparable sed de combustibles fósiles.
Pero en estos días llenos de humo, algo ha surgido en medio de las cenizas y los escombros que muestra tanto la necesidad como el potencial de crear una sociedad y un sistema completamente diferentes. A lo largo de Los Ángeles, hay una oleada de personas desde abajo que buscan ayudar. Y bajo el capitalismo, no existe ninguna forma racional, colectiva y socialmente coordinada de dar ese apoyo real y de liberar el potencial de las masas para trabajar en grupo para satisfacer las necesidades de las personas en este tipo de crisis.
Al mero principio de los incendios, el Departamento de Bomberos de Los Ángeles solicitó la ayuda de los bomberos fuera de servicio. Esto se malinterpretó como una solicitud para que cualquiera se ofreciera de voluntario y las líneas telefónicas se atascaron de personas que querían ayudar sin tener capacitación. En esta situación, en realidad no sería seguro tener a personas sin capacitación en las primeras líneas de combate de incendios, pero sí muestra el potencial sin explotar de las personas que quieren sacrificarse para el bien común.
A lo largo de Los Ángeles, individuos y grupos de amigos están tomando iniciativas creativas: para establecer grandes centros de donativos, y refugios; para dar consejos sobre cómo tratar con las compañías de seguros; para distribuir suministros como agua y máscaras N95. Estos están apareciendo en hipódromos, escuelas secundarias, librerías, galerías de arte y otros lugares, y los donativos están llegando a raudales y el mensaje se difunde principalmente por las redes sociales.
Hay casi 1.000 e-fondos GoFundMe y cuentan con personas que lo han perdido todo solicitando ayuda. Y la gente está respondiendo con genuina generosidad. Pero esto es tan anárquico que termina, a pesar de las intenciones de la gente, por intensificar las desigualdades y los desequilibrios en nuestra sociedad. Algunos individuos tienen más acceso a las redes sociales que llegan a más personas. Y otros no.
En su funcionamiento cotidiano, este sistema enfrenta a las personas entre sí y las obliga a competirse entre sí. Y fomenta un etos de perro come perro, ocuparme de mí mismo. En este tipo de crisis se puede ver hasta qué punto las personas puede ponerse por encima de todo eso, pero no obstante se enfrentan a todas las divisiones sociales antagónicas que existen en este sistema: entre ricos y pobres, entre diferentes nacionalidades y regiones.
En una sociedad socialista, sobre la base de un sistema económico y político totalmente diferente, seríamos capaces de poner los recursos sociales de la sociedad al servicio de las necesidades humanas. Nos enfrentaremos a enormes problemas, lo que exigirá una lucha y un debate enormes. Pero, a diferencia del sistema actual, una sociedad socialista será capaz de desencadenar en toda su extensión el heroísmo potencial de las masas de personas y el deseo de ayudarse mutuamente. No estaremos sujetos a los dictados de un sistema anti-pueblo impulsado por el afán de ganancias por encima de todo.
En un hermoso artículo, escrito en 2020, “El capitalismo-imperialismo — la sofocación de siete miles de millones de personas — y la profunda necesidad de un mundo con nuevos cimientos”, el líder revolucionario Bob Avakian habla de lo que es posible si derrocamos esta pesadilla de sistema. Habla de qué tan preciadas que lo son las personas y de cómo será al contar con un sistema basado en los intereses de las masas de personas:
Esta será una nueva sociedad cuyo propósito sea alcanzar un mundo completamente nuevo, sin la sofocación, la supresión y la deformación del potencial de las masas de la humanidad para conocer y cambiar el mundo de acuerdo con lo que en realidad son los intereses fundamentales de la humanidad — vivir en un mundo en el que ninguna parte de la humanidad esté subordinada a otra parte ni bajo los dictados de ésta, y en el que toda la humanidad ya no esté bajo los dictados del funcionamiento y dinámicas fundamentales de un sistema que requiere relaciones antagónicas entre las personas, impuestas con continuas amenazas y aplicaciones de la violencia masiva, en el que las masas de la humanidad ya no se reduzcan a un mero medio para generar riqueza para un pequeño número que las gobierna, o las que ya no se descarten como poblaciones “sobrantes” las que ya no es posible explotar de esta manera.
Semejante nueva sociedad y mundo no será una especie de “utopía” en la que “por arte de magia han desaparecido” todos los problemas y dificultades —y no nos caerá como un “regalo” de algún dios inexistente—, pero resultará de la lucha de masas de personas para deshacerse de la insoportable explotación y opresión, y para transformarse a sí mismas y su forma de pensar en estrecha interconexión con esta lucha para transformar sus condiciones — lucha liderada por aquellos que han adoptado el método y enfoque científico del nuevo comunismo y están ganándose a creciente cantidades de personas a que por su cuenta asuman y apliquen este método y enfoque científicos para transformar el mundo de una manera cada vez más consciente sobre la base de su voluntaria iniciativa y cooperación.
Todo esto supondrá dimensiones completamente nuevas de libertad, y el desencadenamiento de la iniciativa y la creatividad de las masas de la humanidad, sobre esta base completamente nueva, con radicalmente diferentes instituciones y relaciones entre las personas, y formas radicalmente diferentes de pensar que correspondan a estas relaciones emancipadoras entre las personas.